En Centro Visión nos preocupamos por brindar orientación clara sobre qué cuidados debe tener una persona con glaucoma para preservar la visión y evitar progresión del daño al nervio óptico. El glaucoma es una enfermedad crónica que, de no tratarse adecuadamente, puede conducir a la ceguera irreversible. A lo largo de este artículo, explicamos las pautas esenciales de autocuidado, las revisiones periódicas que se deben cumplir y el papel fundamental que juega la cirugía de glaucoma cuando las gotas o tratamientos convencionales no son suficientes. Además, conocerás cómo nuestro equipo en Quetzaltenango se encarga de cada etapa del tratamiento, desde la detección temprana hasta el seguimiento postoperatorio.
Adherencia al tratamiento tópico
Desde el diagnóstico, el oftalmólogo indica gotas hipotensoras para mantener la presión intraocular (PIO) en rangos seguros. Uno de los aspectos más críticos al abordar qué cuidados debe tener una persona con glaucoma es:
- Aplicación correcta de las gotas
- Lavarse las manos antes de manipular el frasco para evitar infecciones.
- Inclinar la cabeza hacia atrás, mirar al techo y, con un dedo, bajar el párpado inferior para formar un bolsillo.
- Colocar la gota en el centro del ojo sin tocar la punta del gotero.
- Cerrar los párpados suavemente durante 30–60 segundos para facilitar la absorción.
- Si el médico prescribe dos tipos de gotas distintas con intervalos horarios específicos, respetar exactamente los tiempos; de lo contrario, la eficacia disminuye.
- Controlar el riesgo de olvidos
- Utilizar alarmas en el celular o pastilleros de varios compartimientos para horarios de gotas.
- Llevar siempre un estuche de gotas en el bolso o mochila al salir de casa.
- Registrar en una hoja o aplicación móvil la hora de cada instilación para verificar adherencia.
Mantener la constancia en el tratamiento tópico es el primer pilar al determinar qué cuidados debe tener una persona con glaucoma, ya que la falta de adherencia puede acelerar el daño en la capa de fibras nerviosas de la retina.
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Monitoreo periódico de la presión intraocular
Saber qué cuidados debe tener una persona con glaucoma implica entender que la PIO nunca es estable a largo plazo y puede fluctuar por diversas razones. Por ello:
- Visitas regulares al oftalmólogo
- Al inicio, se recomienda evaluar la PIO cada 3 meses hasta alcanzar valores estables.
- Una vez controlada, las consultas pueden espaciarse a cada 6 meses o anualmente, según criterio médico.
- En Centro Visión realizamos tonometrías digitales de doble lectura para mayor precisión y monitoreamos la PIO en distintos momentos del día (mañana y tarde) para descartar picos nocturnos o matinales.
- Exámenes complementarios
- Gonioscopia: analiza el ángulo de drenaje del humor acuoso, identificando posibles obstrucciones.
- Tomografía de coherencia óptica (OCT): mide el grosor de la capa de fibras nerviosas alrededor de la papila óptica y detecta adelgazamientos antes de que el campo visual muestre defectos.
- Campimetría computarizada: evalúa el campo visual completo, permitiendo descubrir defectos en etapas tempranas.
Estos estudios, junto con la tonometría, responden a la pregunta central de qué cuidados debe tener una persona con glaucoma, pues determinan si es necesario ajustar la medicación o planificar intervenciones adicionales.
Estilo de vida y hábitos saludables
Más allá de los medicamentos y exámenes, parte de qué cuidados debe tener una persona con glaucoma está relacionado con cambios en el día a día que ayuden a reducir la PIO y proteger el nervio óptico:
- Actividad física moderada
- Ejercicios aeróbicos de bajo impacto (caminar, nadar, bicicleta estática) son recomendables, ya que disminuyen la PIO temporalmente.
- Evitar actividades que requieran esfuerzos Valsalva prolongados (por ejemplo, levantamiento de pesas muy pesadas) porque pueden elevar la presión de forma aguda.
- Practicar yoga o pilates supervisado: ciertas posturas invertidas (por ejemplo, “headstand”) están contraindicadas, pues incrementan la presión intraocular.
- Control de comorbilidades
- Mantener niveles adecuados de glucemia en pacientes diabéticos: la diabetes mal controlada acelera el daño vascular y multiplica el riesgo de padecer glaucoma de ángulo abierto.
- Tratar la hipertensión arterial: la presión elevada puede afectar la perfusión del nervio óptico. Controlar la hipertensión con hábitos alimenticios y medicación prescrita.
- Evitar el tabaquismo y moderar el consumo de alcohol: ambos promueven vasoconstricción y afectan la circulación retiniana.
- Alimentación equilibrada
- Incluir alimentos ricos en antioxidantes: frutas rojas, verduras de hojas verdes oscuras (espinacas, kale) y pescado azul que contengan ácidos grasos omega-3.
- Reducir la ingesta de cafeína excesiva (más de 2 tazas de café al día) ya que puede elevar la PIO en algunas personas.
- Mantener hidratación constante, pero distribuir uniformemente la ingesta de agua durante el día, evitando grandes volúmenes en poco tiempo (bebidas copiosas en una sola toma pueden aumentar la presión).
Este conjunto de hábitos es esencial para responder a la pregunta qué cuidados debe tener una persona con glaucoma, ya que actúan de soporte al tratamiento médico principal.
Síntomas de alarma y conducta inmediata
Saber qué cuidados debe tener una persona con glaucoma es también reconocer las señales que indican un empeoramiento. Aunque el glaucoma de ángulo abierto es asintomático en su fase inicial, algunas manifestaciones merecen atención inmediata:
- Glaucoma agudo de ángulo cerrado
- Dolor ocular intenso y repentino, acompañado de náuseas y vómitos.
- Visión borrosa importante, halos de colores alrededor de las luces y enrojecimiento excesivo del ojo.
- En este caso, acudir con urgencia a un servicio especializado; en Centro Visión estamos preparados para atender emergencias glaucoma con inyección intravenosa de diuréticos osmóticos y láser de iridotomía urgente.
- Progresión en glaucoma crónico
- Disminución gradual de la visión periférica: el paciente siente que “ve por túnel”.
- Dificultad para conducir de noche o leer señales en carretera.
- Con estos signos, es fundamental agendar una revisión inmediata para ajustar el tratamiento y valorar si ha llegado el momento de considerar la cirugía para glaucoma.
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Cirugía de glaucoma: cuándo y por qué
En ocasiones, a pesar de una adherencia estricta al tratamiento tópico y a los cuidados en el estilo de vida, la presión intraocular se mantiene elevada o el campo visual continúa deteriorándose. En tales situaciones, la cirugía de glaucoma se convierte en el siguiente paso lógico. Algunas consideraciones sobre qué cuidados debe tener una persona con glaucoma una vez que se indica la cirugía:
- Indicaciones para cirugía
- PIO que no cede con 2 o más gotas hipotensoras en el mismo ojo.
- Evidencia de progresión en campo visual u OCT, aun con PIO en “objetivo” (es decir, en valores considerados seguros).
- Pacientes con intolerancia a gotas (alergias, reacciones adversas en la superficie ocular) o mala adherencia por dificultad física o económica.
- Técnicas quirúrgicas disponibles
- Trabeculectomía filtrante: creamos un canal en la esclera para desviar el humor acuoso hacia una ampolla de filtración debajo de la conjuntiva superior, reduciendo así la PIO.
- Implantes de drenaje valvulares: colocamos un tubo de silicona en la cámara anterior que dirige el humor acuoso a un reservorio sub-Tenoniano; útil en casos de alto riesgo de cicatrización o cirugías previas fallidas.
- Cirugías mínimamente invasivas (MIGS, por sus siglas en inglés): opciones como el stent de drenaje en el trabéculo o incisiones en la malla trabecular (trabeculotomía gonio-asistida) son indicadas en etapas tempranas con leve elevación de PIO y cuando al mismo tiempo se requiere cirugía de cataratas.
- Postoperatorio inmediato
- Uso de antibióticos tópicos en gotas por 7 días para prevenir infección.
- Empleo de corticoides tópicos intensivos las primeras 2 semanas, disminuyendo de forma gradual hasta dejarlos en 1–2 tomas diarias a partir de la sexta semana.
- Medicación hipotensora oral en casos de PIO muy alto en las primeras 48 horas (por ejemplo, acetazolamida 250 mg cada 6 horas).
- Seguimiento y cuidados posteriores
- Control estricto de la PIO en consultas a la semana, mes 1, mes 3 y mes 6 postoperatorio.
- Evaluar la función de la ampolla de filtración: si se observa fibrosada o encapsulada, podemos emplear needling (aguja fina con antimetabolitos) para restaurar el drenaje.
- Evitar levantar peso mayor de 3 kg durante un mes y no agacharse brusco para no elevar la presión en la ampolla de filtración.
- Informar inmediatamente si aparece dolor intenso, aumento brusco de la PIO o signos de infección (enrojecimiento intenso, secreción purulenta).
Al detallar estos puntos, respondemos de forma integral qué cuidados debe tener una persona con glaucoma que haya sido sometida a cirugía y cómo nuestro servicio de cirugía de glaucoma en Centro Visión se encarga de cada fase, asegurando que recibas atención experta y personalizada.
Conclusión
En resumen, saber qué cuidados debe tener una persona con glaucoma es clave para prevenir la ceguera y maximizar la calidad de vida. La adherencia estricta a las gotas hipotensoras, las revisiones periódicas del estado del nervio óptico y la presión intraocular, así como la implementación de hábitos de vida saludables, constituyen la base del tratamiento. Cuando estos recursos no logran detener la progresión del daño, la cirugía de glaucoma se presenta como la alternativa más efectiva. En Centro Visión contamos con un equipo quirúrgico experto en las técnicas más avanzadas para el manejo del glaucoma, desde las intervenciones mínimamente invasivas hasta las trabeculectomías y los implantes valvulares. Te invitamos a contactarnos para programar tu evaluación y acompañarte en cada etapa de tu tratamiento, garantizando que recibas los mejores cuidados para preservar tu visión por muchos años.
