Respuesta corta: la mayoría de las personas con glaucoma sí puede y debe hacer ejercicio. Lo más recomendado son las actividades aeróbicas moderadas (caminar, bicicleta fija, elíptica), que incluso pueden bajar la presión intraocular (PIO) de forma transitoria y mejorar la perfusión ocular. Lo que conviene evitar (o adaptar) son las inversiones de cabeza del yoga y el levantamiento de pesas con esfuerzos máximos o conteniendo la respiración. Si tu glaucoma no está bien controlado, o te operaste recientemente, ajusta el plan con tu oftalmólogo.
Lo que dice la evidencia, sin rodeos
- Aeróbico moderado ↓ PIO (temporalmente): caminata rápida, ciclismo suave o elíptica suelen reducir la PIO tras la sesión y mejorar la presión de perfusión ocular. El efecto es agudo (minutos–horas), por eso la constancia semanal importa más que una sesión aislada.
- Fuerza/pesas: ojo con el Valsalva y cargas máximas: los esfuerzos estáticos intensos y contener la respiración (maniobra de Valsalva) disparan la PIO durante el levantamiento (se han documentado incrementos marcados en press de banca y ejercicios isométricos). Trabajar con cargas moderadas y respiración continua reduce ese pico.
- Natación y goggles apretados: las gafas muy ajustadas pueden subir la PIO de forma aguda; elige copas más amplias/menos apretadas y descansa entre series. El efecto es transitorio y desaparece al retirarlas, pero conviene prudencia si tu PIO es lábil.
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Rutina sugerida (segura y efectiva)
Cardio “amigo del glaucoma”
- Caminar 30–45 min, 5 días/semana (o dividir en bloques de 10–15 min).
- Bicicleta fija/Elíptica 20–40 min, ritmo conversacional.
- Ciclismo al aire libre con el manubrio a la altura del pecho (evita agachar demasiado la cabeza largos periodos).
- Natación con gafas holgadas (prueba ajuste que no comprima órbitas; pausa si notas presión alrededor de los ojos).
Estas opciones son las de mejor relación beneficio–riesgo para PIO y salud general.
Fuerza sin riesgos innecesarios
- Cargas moderadas (≈10–15 repeticiones por serie), 2–3 días/semana.
- Respira siempre: exhala en el esfuerzo, no hagas Valsalva (nada de “aguantar el aire”).
- Prefiere máquinas o ejercicios sentado/de pie; evita prensas pesadas en decúbito (press banca tumbado eleva más la PIO que variantes sentadas).
- Si haces isometrías (plancha, wall sit), mantén duraciones cortas y respiración continua.
Yoga / Pilates con cabeza arriba
- Elige secuencias sin inversiones: posturas de pie, equilibrios suaves, estiramientos con cabeza por encima del corazón y respiración diafragmática.
- Sustituye downward dog por mesa alta (plancha con brazos extendidos) manteniendo la mirada al frente; si mareas o notas presión, sal de la postura.
Señales para detenerte (y consultar)
- Dolor ocular, visión borrosa súbita, halos intensos, cefalea persistente durante o tras el ejercicio.
- Diplopía nueva o náusea acompañante.
Ante cualquier síntoma inusual, suspende la actividad y avisa a tu oftalmólogo (los picos de PIO suelen ser transitorios, pero hay que confirmarlo).
¿Y si me operé de glaucoma o estoy por operarme?
El objetivo prioritario del glaucoma es bajar y estabilizar la PIO. Si los fármacos y el láser no alcanzan la meta, valora la cirugía de glaucoma con nuestro equipo. Tras una cirugía, el retorno al ejercicio es progresivo y personalizado (primero caminatas suaves; luego cardio moderado; más adelante fuerza adaptada), según evolución y tipo de procedimiento. No reinicies rutinas exigentes sin alta médica.
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Consejos finos para entrenar con glaucoma (y mantener la PIO a raya)
- Constancia > intensidad: varias sesiones moderadas ganan a “picos heroicos” ocasionales. El beneficio sobre la PIO es agudo y repetible; acumular minutos cuenta.
- Evita picos evitables: nada de inversiones, ni contener la respiración, ni 1RM (máximo de una repetición). Ajusta postura para no comprimir cuello/cara.
- Hidratación y pausas: toma agua, respira rítmico y pausa si notas presión ocular.
- Gafas de natación: usa modelos más amplios y con ajuste suave; afloja las correas y alterna con descansos.
- Control médico al día: entrenamiento y tratamiento van de la mano; si tu PIO sigue alta pese a todo, hablemos de opciones quirúrgicas para proteger el nervio óptico.
En resumen
Moverse sí es parte del tratamiento no farmacológico del glaucoma: el cardio moderado ayuda; el entrenamiento de fuerza también, si respiras y evitas cargas máximas/isometrías intensas; el yoga es bienvenido sin inversiones. Con acompañamiento profesional, puedes entrenar con seguridad y calidad de vida. Si tu control de PIO sigue en el límite o progresa el daño pese al plan, agenda una valoración para definir la cirugía de glaucoma más adecuada en Centro Visión.